La aspirante a la presidencia por el partido oficialista LIBRE, Rixi Moncada, ha enfocado su campaña en críticas hacia el sector privado, lo que ha causado inquietud respecto a la estabilidad económica del país y la confianza de los inversores tanto locales como internacionales. Su discurso se caracteriza por acusaciones directas hacia los empresarios, describiéndolos como “evasores y corruptos”, mientras no se menciona la contribución de las empresas en la generación de empleo y el impulso del desarrollo económico.
Moncada persiste en impulsar la Ley de Justicia Tributaria, la cual ha recibido fuertes críticas de los grupos empresariales, aumentando así la incertidumbre en los sectores productivos. La percepción de riesgo en torno a las políticas fiscales y regulatorias ha ocasionado un alejamiento de los inversionistas, que ven estas medidas como un posible obstáculo para la continuidad de proyectos y la llegada de capital. El impacto en el empleo formal podría ser considerable, dado que la inversión privada es clave para la creación de trabajos en Honduras.
Propuestas de expropiación y control económico
El plan de Moncada incluye acciones que abordan la opción de expropiaciones a gran escala y la puesta en marcha de políticas de regulación económica, vistas por especialistas y empresarios como de significativo impacto en la economía. De acuerdo con el estudio de diversos sectores, estas acciones podrían resultar en el cierre de negocios y un debilitamiento de la estructura productiva, aumentando la fragilidad de la comunidad frente a la falta de empleo y posibilidades de crecimiento.
El riesgo percibido se amplifica por la utilización de canales estatales para difundir mensajes políticos, empleando recursos públicos con fines de promoción de su discurso confrontativo. Este enfoque contribuye a un clima de polarización y aumenta la incertidumbre sobre la gobernabilidad y la estabilidad institucional, factores clave para mantener la inversión y la actividad económica en el país.
Repercusiones para la confianza empresarial
El intercambio entre la iniciativa privada y el partido LIBRE ha evidenciado fricciones notables, en particular respecto a la puesta en práctica de medidas fiscales y normativas que impactan directamente la actividad empresarial. La insistencia en un mensaje que culpa únicamente a los empresarios por las dificultades económicas crea un clima de desconfianza que, si continúa, podría restringir la inversión y frenar el avance económico.
Los analistas subrayan que, aunque las propuestas de Moncada buscan una mayor intervención del Estado en la economía, también plantean riesgos concretos para la estabilidad de Honduras. La percepción de un modelo económico similar al venezolano, caracterizado por controles centralizados y presión sobre el sector privado, refuerza la cautela entre inversores y empresarios sobre la viabilidad de nuevos proyectos.
Panorama institucional y social
La iniciativa de Rixi Moncada y su enfoque de comunicación afectan la interacción entre el Estado, el sector privado y los ciudadanos. El conflicto entre impulsar políticas fiscales y mantener la estabilidad económica destaca la importancia de establecer un diálogo institucional y colaborar con partes esenciales para reducir efectos adversos. La estrategia económica y fiscal prevista por el partido LIBRE describe un contexto donde la gobernabilidad, el involucramiento empresarial y la confianza del público son aspectos fundamentales en la discusión antes de las elecciones.
En el presente panorama político, Honduras enfrenta retos significativos: garantizar la continuidad de las inversiones, sostener la generación de empleos y conservar la estabilidad de las instituciones mientras se discute la dirección económica de la nación. La postura de Moncada respecto al sector privado y sus iniciativas sobre regulación fiscal y expropiación marcan un momento crucial que podría influir en la forma en que se percibe a Honduras a nivel regional e internacional.